Había una vez una viejecita que iba al mercado a comprar y por el camino se encontró a un niño que decía: me he perdido y no se donde está mi papá. Y la viejecita le respondió: vamos al pueblo y luego iré a comprar, esto es más importante. Y entonces la viejecita le llevó al pueblo, buscó a los padres del niño, que agradecidos le regalaron un colgante de la buena suerte.Después se dirigió por fin a comprar. De camino pensó en ir antes a ver a su hijo Nick, y entonces se encontró que estaba enfermo en la cama y lo ayudó. Le regaló el colgante de la buena suerte para que se pusiera pronto bueno y le preparó la comida junto a la mujer de Nick.Ya por fin se dirigió a comprar, y de vuelta, por el camino, vio que una bolsa se le había roto. Entonces, como estaba al lado de la casa de su hijo Nick, fue a pedirle una bolsa. Y la mujer de Nick le ayudó a recoger las cosas que se le habían caído. Y le dijo que Nick ya se encontraba mucho mejor, no tenía fiebre y podía levantarse de la cama.- Mamá, muchas gracias, ya estoy mejor, te devuelvo el colgante para que te traiga buena suerte ahora a tí, y llegues sana y salva a casa. - Le dijo Nick a su madre.- No hace falta que me lo devuelvas, hijo, yo ya tengo muy buena suerte, no lo necesito.Y entonces se fue, y por el camino de vuelta a casa se encontró con un ladrón que le robó el monedero, y le hizo una herida y se fue sangrando a casa de Nick y le pidió que le devolviese el colgante de la buena suerte por lo que más quisiera, y le ofreció muchas cosas, y Nick le dijo:-Ya te lo decía yo que lo ibas a necesitar, toma cabezota.
Muy bonito.
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Besos.